El carbón vegetal activo.
Uno de los remedios menos conocido y más efectivo para solucionar problemas digestivos es el carbón vegetal.
También conocido como carbón vegetal activo, este tipo de carbón se caracteriza por ser uno de los absorbentes naturales más potentes, y permite atraer en la superficie de un cuerpo iones o moléculas de otro.
De esta manera, retiene en su superficie toxinas, gases, bacterias y demás sustancias no beneficiosas para nuestro organismo.
En definitiva, se trata de un complemento muy recomendado por especialistas para evitar casos de intoxicación alimenticia o envenenamiento, y que, además de los maravillosos beneficios que veremos a continuación, es barato y fácil de adquirir.
¿Dónde y cómo se obtiene el carbón vegetal?
Principalmente, se obtiene mediante la carbonización de la cáscara del coco. Aunque también se puede obtener de otros carbones vegetales como la madera o la turba. Tras esto, se deshidratan, carbonizan y activan.
La deshidratación y carbonización se llevan a cabo calentando el carbón muy lentamente, sin contacto con el aire, y tras ello se produce una mezcla de gases o agente oxidante junto con vapor de agua a una temperatura menor de 1000ºC.
Este proceso permite aumentar la absorción del carbón vegetal y, por tanto, decimos que está “activado”.
Propiedades del carbón vegetal.
- Ayuda a reducir los gases.
- Ayuda a reducir el mal aliento causado por un elevado consumo de azúcares.
- Favorece a acabar con la acidez estomacal, diarrea y reflujo esogástrico.
- Es una opción muy interesante frente al dolor de muelas, infección en las encías o dolor de garganta.
- También se puede utilizar a nivel corporal externo para hacer frente a picaduras de abejas o de diferentes insectos.
- Es una potente solución frente a infecciones en la piel, casos de dermatitis además de infecciones en ojos y oídos.
¿Cómo tomar el carbón vegetal?
Si se utiliza para hacer frente a problemas internos, se recomienda que sea ingerido varias veces al día, dos horas antes de cada comida y acompañado única y exclusivamente por agua.
No es recomendable su consumo junto con alimentos, ya que de esta manera reducimos notablemente su absorción. Tampoco es recomendable un consumo prolongado, puesto que puede ocasionar problemas en el aparato digestivo.
En cambio, si se utiliza a nivel corporal, se debe mezclar el carbón vegetal con agua con el fin de conseguir una consistencia algo pastosa para que esta sea utilizada como cataplasma. De esta manera, debemos extender la pasta sobre la mitad de una toalla para poder aplicarla sobre la parte afectada, evitando así el contacto directo con nuestra piel.